Pastor y su familia asesinados por islamistas en Uganda por su fe

Un pastor cristiano y su familia fueron brutalmente asesinados en el este de Uganda tras haber guiado a tres musulmanes a la fe en Cristo.

Según James Tusubira, hermano del pastor, el líder cristiano Weere Mukisa, su esposa Annet Namugaya y sus dos hijas, Judith Banirye (7 años) y Sylvia Bamukisa (4 años), fueron atacados y asesinados por un grupo de islamistas radicales en su hogar durante la madrugada del 13 de octubre.

El trágico suceso tuvo lugar en la aldea de Kibale, como represalia por la conversión de los tres jóvenes musulmanes al cristianismo en septiembre.

Amenazas antes del ataque

Tusubira relató a Morning Star News que su hermano comenzó a recibir amenazas tras la conversión de los tres musulmanes. “Le advirtieron que debía alejarse de ellos y que su acción iba en contra de las enseñanzas del Islam, que prohíben a sus seguidores unirse a la religión de los infieles”, explicó.

El brutal ataque

A las 2:48 de la madrugada, Tusubira observó a un hombre y una mujer salir de la casa de la familia Mukisa.

“Cuando llegamos al lugar del incidente, la casa estaba envuelta en llamas y los cinco cuerpos quedaron irreconocibles”, relató con profundo dolor. “Al amanecer, una multitud se reunió en el sitio. Justo afuera de la casa encontramos botellas de plástico con restos de gasolina, evidencia clara de que el incendio fue provocado”.

Según Tusubira, los atacantes eran personas conocidas por el pastor y provenían de una aldea vecina.

Investigación y llamado a la justicia

El crimen fue reportado a la policía de Kibale, pero hasta el momento, los sospechosos han logrado huir y evadir a las autoridades.

Los aldeanos, conmocionados por el ataque, expresaron su miedo y su indignación ante la brutalidad de los hechos.

En su declaración, Tusubira hizo un llamado a la comunidad cristiana para que ore por los responsables del crimen, pidiendo que sean llevados ante la justicia. Ruego para que estos musulmanes radicales sean encontrados y enfrenten las consecuencias de sus actos. “Que Dios haga justicia”, concluyó.