110 mujeres son bautizadas en prisión de máxima seguridad: “Las reclusas corrieron a los pies de Cristo”

En una prisión de máxima seguridad en Nevada, un poderoso movimiento espiritual ha impactado la vida de muchas mujeres privadas de libertad. En un evento sin precedentes, 110 reclusas fueron bautizadas, mientras que otras 130 se arrodillaron y entregaron sus vidas a Jesús.

El ministerio penitenciario responsable de la evangelización compartió que 160 mujeres recibieron la Palabra de Dios durante la jornada. “Dios se está moviendo en este lugar”, expresaron, destacando la intensidad con la que el Espíritu Santo se manifestó.

“Nunca habíamos visto algo así. “Aunque muchas mujeres lloraban, se postraron con humildad y entregaron sus corazones a Cristo”, relataron los organizadores. La jornada estuvo llena de adoración, testimonios y bautismos, utilizando una piscina inflable para sumergir a las nuevas creyentes en el agua, símbolo de su renacimiento espiritual. Incluso una mujer en silla de ruedas pudo recibir el bautismo.

“Parecía que el cielo tocaba la tierra”, expresaron algunos testigos. “Un avivamiento está ocurriendo en las prisiones y lo estamos viendo de primera mano”.

Este ministerio lleva años trabajando con el propósito de compartir el Evangelio con la población penitenciaria de Estados Unidos, donde más de 2.3 millones de personas cumplen condenas. Su misión ha impactado la vida de muchos, logrando cientos de miles de conversiones y más de 10,000 bautismos.

Una de las reclusas bautizadas compartió su testimonio: “He pasado por muchas cosas en mi vida, pero ahora, al fin, puedo superarlas”. Otra expresó: “Este probablemente sea el mejor día que he vivido en prisión”.

Una ministra que acompañó al equipo en esta labor describió la experiencia como “uno de los movimientos más impresionantes del Espíritu Santo”. No solo muchas mujeres aceptaron a Cristo, sino que lo hicieron con gozo, corriendo hacia Él con fe y esperanza.

El ambiente se llenó de júbilo y celebración. “Fue algo increíble de presenciar”, relataron. “Cristo transformó vidas y llenó este lugar de una paz indescriptible”.

Lo que ocurrió en esa prisión es una muestra más del poder del Evangelio para redimir, restaurar y dar una nueva oportunidad, incluso en los lugares más inesperados.